Introducción
La arquitectura del software es uno de los primeros elementos que se deben definir en una metodología de desarrollo de software. Suele abordarse durante las etapas iniciales de planificación y diseño. Sin embargo, cómo y cuándo se trabaja en ella depende de la metodología de desarrollo que se esté utilizando.
1. Metodologías Tradicionales (Modelo en Cascada o Waterfall)
En el modelo en cascada, la arquitectura del software se define en la fase de diseño, que ocurre justo después de la fase de requisitos. Aquí, el equipo documenta una arquitectura detallada y toma decisiones clave sobre la estructura del sistema antes de pasar a la implementación. En este modelo, la arquitectura suele ser rígida y requiere una planificación previa cuidadosa.
2. Metodologías Ágiles (Scrum, Kanban, etc.)
En las metodologías ágiles, el diseño de la arquitectura es más iterativo y evolutivo. La arquitectura inicial se establece en una fase de preparación o planificación, conocida como "Sprint 0" o "sprint de arquitectura". Sin embargo, dado que las metodologías ágiles priorizan la adaptabilidad, la arquitectura evoluciona conforme avanzan los sprints y se obtienen más datos y retroalimentación.
3. Modelo de Desarrollo Incremental
En este modelo, la arquitectura se desarrolla en paralelo con la implementación, pero se aborda con una visión global en las primeras fases. Primero se plantea una arquitectura de alto nivel que soporte el incremento inicial, y luego se va refinando conforme se añaden más funcionalidades o módulos.
4. DevOps y Arquitectura en la Nube
En el enfoque DevOps, la arquitectura del software se diseña para adaptarse al ciclo continuo de integración y entrega (CI/CD). Aquí, la arquitectura considera la infraestructura y los procesos de despliegue desde el principio, ajustándose conforme cambian las necesidades. Las arquitecturas en la nube, como la de microservicios, permiten una mayor flexibilidad y escalabilidad, ideales para este tipo de metodologías.
5. Modelo en Espiral
Este modelo aborda la arquitectura de forma iterativa en cada ciclo, permitiendo revisiones y ajustes continuos. Al inicio de cada ciclo, se revisa y ajusta la arquitectura para minimizar riesgos y adaptarse a cambios en los requisitos o descubrimientos técnicos, siendo una opción útil para proyectos grandes y complejos.